En los últimos años se ha extendido cada vez más el cultivo del aloe vera, una planta con numerosas propiedades de cuyas hojas se obtiene un gel con el que se elaboran productos para el bienestar y la salud personal. Este también se puede cultivar en casa siguiendo algunas precauciones sencillas.
Cómo cultivar la planta de Aloe vera
Para cultivar aloe vera directamente en casa, sólo hay que prestar atención a algunos aspectos. Veamos cuáles.
- Exposición: de origen africano, esta planta necesita luz directa y un clima cálido y seco. La temperatura ideal varía entre 18 y 30 grados. En invierno, por tanto, hay que colocarlo en un lugar resguardado, ya que sufre los cambios de temperatura y el frío excesivo. Con temperaturas frías, el agua contenida en sus hojas se congelaría provocando la muerte de la planta por choque térmico.
- Suelo: para que se desarrolle mejor la planta debe plantarse directamente en el suelo. Sin embargo, al no poder exponerse al frío directo en invierno, es preferible cultivarla dentro de una maceta grande. La tierra ideal es ligeramente ácida y drenante: por eso es necesario colocar una en el fondo de la maceta. capa de grava de al menos 2 o 3 centímetros para permitir que el exceso de agua sea absorbido y no correr el riesgo de pudrir las raíces.
- Riego: el aloe se debe regar cada quince días, teniendo cuidado de no dejar estancamientos en el platillo, ya que el exceso de agua podría provocar que las hojas se pudran.
Cómo obtener gel de Aloe
Para obtener gel de sus hojas, la planta de aloe debe tener al menos tres años. Obtenerlo es muy sencillo: sólo hay que cortar la hoja comenzando desde abajo y luego córtelo con un cuchillo a lo largo del contorno. Una vez eliminada la parte de las espinas solo queda cortar una punta en la hoja y dejar salir el gel. Para extraer todo el contenido, podemos dividir la hoja en dos partes y con ayuda de una cuchara retirar el resto.
El producto se puede conservar en el frigorífico en un tarro de cristal bien cerrado durante unas dos semanas.
Cómo utilizar el gel de Aloe Vera
Las hojas de aloe contienen aloína, una sustancia que si se ingiere tiene efectos laxantes. Éste, de color amarillento, debe por tanto eliminarse durante la extracción del gel, sobre todo si decidimos beber el zumo. Sin embargo, si queremos utilizar el producto sólo para uso externo, esta sustancia no nos afecta.
Por tanto, el aloe se puede utilizar como:
- paquete de pelo: aplicado antes del champú, el gel debe actuar durante 15-30 minutos antes de enjuagar para obtener un cabello suave y sedoso. Además, el producto puede ser un sustituto natural válido del gel;
- crema facial: hidratante y ligero, el aloe vera se puede utilizar en verano como sustituto de la crema facial y corporal;
- crema anti-quemaduras de sol: indicado para aliviar las quemaduras solares, el aloe se debe aplicar sobre la piel enrojecida por el sol y en pocos minutos tendrás una sensación refrescante y de bienestar;
- crema contra las espinillas: el gel es un producto antiinflamatorio y cicatrizante ideal si tienes acné o pequeños granos. La consistencia transparente permite aplicarlo en cualquier momento del día sin que sea visible;
- mascarilla anticaspa: en este caso basta con espolvorear el cuero cabelludo con una cucharada de producto, masajearlo mientras se aplica y proceder con el champú tras dejarlo actuar unos 30 minutos;
- antiinflamatorio gingival: las propiedades antibacterianas y antimicrobianas del gel son un remedio eficaz contra la inflamación de las encías. En este caso basta con aplicar y masajear el producto sobre la zona afectada. Además, el aloe puede utilizarse como enjuague bucal natural. Lo único que tenemos que hacer es diluir una cucharada de gel en un vaso de agua y añadir una pizca de bicarbonato para tener un producto 100% natural;
- repelente contra mosquitos: el gel de aloe ayuda a aliviar el picor y el enrojecimiento provocados por las picaduras de mosquitos;
- desinfectante: El gel de aloe vera por fin puede utilizarse como desinfectante natural.