Pintar tu casa es necesario de vez en cuando, pero ¿cómo deshacerte del moho de las paredes antes de empezar? El método infalible.
De vez en cuando, en casa es necesario realizar algún pequeño trabajo de mantenimiento. Ya sea para cambiar un electrodoméstico que ya tiene varios años o para sustituir un mueble dañado, pero también blanquear las paredes. De hecho, los humos, vapores, humedad y similares, con el tiempo, alteran su color y los ensucian. En consecuencia, una mano de pintura que “refresca” el ambiente no es sólo una cuestión estética, sino también necesaria. Antes de continuar, sin embargo, es necesario deshacerse del moho.
Hablamos de esa molesta pátina que se crea por la humedad y los vapores, que no sólo es horrible a la vista, sino sobre todo nociva y peligrosa para nuestra salud. Cuando la situación es demasiado extensa, acudir a un experto nos permitirá solucionar el problema sin riesgo para nuestro bienestar. Sin embargo, si hablamos de un problema que también podemos “tratar” nosotros mismos, entonces debemos intervenir lo antes posible, sobre todo si pretendemos pintar la casa.
Moho en las paredes, cómo eliminarlo antes de pintar
Hay muchos productos antimoho en el mercado para utilizar, pero también es cierto que ya tenemos otros tantos disponibles en casa. En algunos casos, esto es ingredientes naturales para combinar y aprovechar al máximo, en otros de detergentes polivalentes. Averigüemos cómo proceder para asegurarnos de tener paredes limpias y “saludables” antes de proceder con nuestra capa de pintura.
Entre los productos que todos solemos tener en casa, hay algunos que son eficaces contra el moho. Entre estos encontramos vinagre, bicarbonato y sal, agua oxigenada y lejía. Lo que tenemos que hacer es elegir el que prefiramos y proceder siguiendo unos pasos muy sencillos. Siempre tenemos en cuenta, sin embargo, el uso de protección, tanto para las manos como para los ojos, pero también de no respirar el polvo que podría “desprenderse”.
Una vez elegido el ingrediente que preferimos, primero debemos “vaporizar” o en todo caso humedecer la zona afectada. Si es lejía o agua oxigenada los usaremos solos. En el caso de la sal y el bicarbonato crearemos una mezcla líquida mezclándolos con agua.
También será necesario diluir el vinagre. Una vez humedecida la zona la frotaremos utilizando una esponja hasta que desaparezca el moho. Quizás tengamos que proceder con un par de “pasadas”. Luego, frotaremos el exceso de producto con un paño limpio.
Parte el secado es esencial: dejar circular el aire en la habitación durante varias horas, incluso un día si es necesario. De hecho, al permanecer mojados, corremos el riesgo de que se vuelva a formar moho en poco tiempo y, obviamente, de respirar vapores peligrosos en un ambiente cerrado. Asegurémonos de que las paredes estén completamente secas antes de proceder a pintar.