Basta con un objeto que todos tengamos en casa y un poco de esfuerzo para que nuestros cuchillos queden tan afilados como cuando los compramos.
Los cuchillos son accesorios imprescindibles en toda cocina. Sea cual sea el tipo de preparación y los ingredientes que vayamos a utilizar, siempre es recomendable tener a disposición al menos tres cuchillos para los diferentes usos:
- un cuchillo de hoja lisa para cortar carne, pescado y verduras
- un cuchillo de sierra para cortar pan, pelar piña y picar verduras de hojas grandes como repollo o repollo
- un cuchillo mondador para pelar frutas, pelar zanahorias y patatas, limpiar pescado y rebanar queso.
Después de una inversión inicial en productos de buena calidad, también es importante cuidar tus cuchillos, para que duren en el tiempo y sigan cortando bien durante muchos años: un cuchillo afilado no sólo nos permite mejorar la preparación de nuestros platos, pero también nos facilita un poco la vida en la cocina.
Pero qué hacer si nuestro cuchillo ha perdido el “filo” y no corta tan bien como cuando lo compramos? Especialmente en las grandes ciudades, la figura del afilador de cuchillos está hoy al borde de la extinción, por lo que ni siquiera sabes a quién recurrir para afilar la hoja de tus cuchillos.
Pero existe un truco que nos permite afilar los cuchillos fácilmente, a coste cero y utilizando un material que todos ya tenemos en casa: cerámica. La cerámica, al igual que el acero y el diamante, es un material muy útil a la hora de recuperar el filo de los cuchillos.
Todo lo que tenemos que hacer es encontrar una taza de cerámica en casa – incluso esmaltado, siempre que tenga una parte por donde sale el material sin pintar (normalmente es el perímetro exterior bajo la copa el que preserva la originalidad del material).
Luego le damos la vuelta a la taza y la colocamos de manera estable sobre una superficie horizontal. Para que no resbale, también podemos colocar un paño húmedo y bien doblado entre la copa y la superficie, para crear mayor fricción y trabajar de forma más segura.
Ahora cogemos el cuchillo que queremos afilar, colocamos el extremo de la hoja sobre la cerámica desnuda en un ángulo de 23/30 grados y dejamos que se deslice con fuerza desde el mango hasta la punta. Repetimos el movimiento, con calma y fuerza, unas veinte veces, antes de pasar al otro lado de la hoja y repetir el proceso.
Ahora nuestro cuchillo estará mucho más afilado y cortante que antes.. Pasamos la cuchilla por dentro de un paño para eliminar los restos cerámicos que se puedan haber depositado en su superficie, luego la lavamos antes de utilizarla para preparar todo lo que queramos.
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Fuente: TikTok
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