En la decoración del dormitorio de niños y jóvenes, un papel fundamental lo desempeñan escritorio, una herramienta indispensable tanto para el ocio como para el estudio. Por lo tanto, antes de proceder a su compra, es necesario evaluar cuidadosamente una serie de factores para estar seguro de tomar la decisión correcta. Veamos todo lo que necesitas saber.
La altura
La altura del escritorio depende de la edad del niño y de su altura. Para una postura correcta, la superficie suele estar entre 70 y 78 cm, para poder leer o hacer los deberes fácilmente y tener el ordenador a la altura de los ojos.
La profundidad
En cuanto a la profundidad, ésta depende mucho del espacio disponible y de las necesidades de los peques. La estándar no es inferior a 55 cm, ya que, además de los libros, en muchos casos hay que colocar el ordenador y el espacio disponible debe poder garantizar que los niños puedan tener las manos y las muñecas paralelas al suelo.
Si el dormitorio lo permite, también puedes optar por un escritorio más profundo: de esta forma los peques aprovecharán el mayor espacio disponible para tener todo lo que necesitan siempre a mano.
La anchura
El escritorio también debe ser cómodo y, por ello, debe tener al menos 80/100 cm de ancho. Si se tiene que compartir con hermanos, entonces las dimensiones aumentarán, llegando al menos a 130/140 cm. Si no dispones de suficiente espacio, puedes optar por utilizar un escritorio compacto manteniendo las dimensiones mínimas de la superficie de trabajo.
Forma
El escritorio se puede elegir con forma rectangular, cuadrada, redonda o con líneas sinuosas. La elección, en este caso, dependerá del espacio disponible: en una habitación grande es posible adoptar un modelo redondo para dar un aspecto más armonioso al ambiente, mientras que en una habitación pequeña es preferible utilizar un escritorio básico y , en algunos casos, hechos a medida para encajar perfectamente en el dormitorio.
el posicionamiento
A la hora de colocar un escritorio es necesario evaluar no sólo el espacio disponible, sino también la iluminación. De hecho, el puesto de trabajo debe tener la cantidad adecuada de luz: por eso es aconsejable colocarlo debajo de la ventana, para evitar que la luz llegue detrás de ésta. También hay que tener en cuenta la luz artificial: para evitar sombras molestas, la lámpara debe colocarse en el lado opuesto a la mano con la que los niños escriben.
Un escritorio completo y funcional
Estudiar en un ambiente ordenado ayuda a la concentración, por eso el escritorio no debe limitarse sólo a la superficie de trabajo, sino que debe enriquecerse con accesorios como una cómoda en la que guardar libros y cuadernos. En algunos casos puedes elegir el que tiene baldas, cajones de pared abiertos o, si el espacio es limitado, con librería incorporada.
No solo un escritorio
El escritorio debe ser amplio, equipado y sobre todo cómodo: una vez sentado debes tener la postura adecuada sin repercusiones para tu espalda. La silla, por tanto, tiene un papel central y debe permitir que los pies toquen el suelo. Además, las piernas deben tener centímetros suficientes y poder doblarse a 90° para facilitar la circulación sanguínea. Para evitar cambiar constantemente el asiento en función del crecimiento de los niños, es mejor elegir el de altura regulable y además enriquecido con ruedas que faciliten los pequeños movimientos dentro de la habitación.