Lavabo súper brillante, el remedio potentísimo que nadie conoce: podrás verte en el espejo
Mantener una casa siempre limpia e higienizada es el principal objetivo de todos aquellos que se dedican a las tareas del hogar. Una tarea, que aunque no sumamente placentera, sin duda es fundamental si se quiere vivir en ambientes saludables, sin correr ningún tipo de riesgo. Sin embargo, la situación puede volverse especialmente complicada cuando hay tantas cosas que hacer y el tiempo disponible nunca parece suficiente.
Precisamente por eso lo es. Afortunadamente, tenemos disponibles muchos ingredientes naturales, perfectos para diversos problemas que se presentan en el hogar y que permiten una rápida solución. El limón, por ejemplo, es un cítrico ideal no sólo para cocinar, sino también para eliminar la cal, higienizar y neutralizar los malos olores.
Una pizca de bicarbonato y el fregadero de acero volverá a estar tan brillante como antaño
Además del limón, que acabamos de mencionar, hay otro ingrediente multiusos en casa, y es. Gracias a sus increíbles propiedades resulta ser un válido aliado para solucionar los más diversos imprevistos domésticos. El uso que vamos a mostrar, sin necesidad de utilizar productos químicos, pero sobre todo sin perder preciosos minutos. En solo unos segundos, el fregadero volverá a estar tan brillante como al principio.
Cualquiera que tenga la ‘desgracia’ de tener un fregadero de acero inoxidable en su cocina sabe muy bien lo complicado que puede resultar eliminar manchas de agua y suciedad de diversa índole. Incluso una sola gota es suficiente, y vuelve a aparecer ese molesto halo, que parece no querer desaparecer nunca. Ciertamente existen diversos productos en el mercado para la limpieza del acero, pero ¿cuántos de ellos son realmente eficaces, sin contaminar? Aquí porque.
El proceso es realmente sencillo, será suficiente. Una vez hecho esto, deberás frotarlo suavemente por toda la superficie del fregadero con una esponja ligeramente húmeda (no abrasiva). Por último, simplemente enjuaga con agua tibia y seca con un paño de microfibra, y listo. Unos pocos movimientos y el fregadero no sólo quedará desinfectado, sino que también lucirá muy brillante.