Descubre cómo reconocer un melón de invierno que madura rápidamente para poder disfrutarlo siempre en su máxima expresión. Excelente para dietas de adelgazamiento.
Postre natural con un dulzor inconfundible, el melón amarillo o de invierno es un manjar que no debes perderte: descubre cómo reconocer un melón maduro y disfrutarlo siempre al máximo.
Comer fruta es fundamental para una nutrición completa: nos aporta azúcares simples, vitaminas A, B y C y minerales muy importantes (hierro, fósforo y calcio) para mantenernos sanos y jóvenes. ¡El melón de invierno también es una gran fuente de fibra y proteínas! Si eres un deportista que busca un alimento proteico para añadir al desayuno y al almuerzo, puedes incorporar melón de invierno a tus recetas para alcanzar tu objetivo diario.
La ventaja es que el melón amarillo es perfecto para comer en combinación con otros alimentos proteicos, como el aguacate o el tofu, que también se vende fortificado para ayudar a los veganos a obtener vitamina B12 y D. Las variedades de melón de invierno también son las que tienen mayor cantidad de agua. más del 90%. Por tanto, son muy adecuados para dietas de adelgazamiento, donde es importante depurar pero también mantener la sensación de saciedad. Si eres diabético no caigas en la tentación de comerlo, ya que contiene una elevada cantidad de azúcar.
Pero ¿cómo se reconoce un melón maduro? ¿Cuáles son las señales más importantes a tener en cuenta para saber cuándo es el momento de comer un melón de invierno? ¡Descubrámoslo juntos!
¿Cómo saber si el melón amarillo está maduro?
Empecemos diciendo que, a diferencia del melón de pulpa roja, el olor no nos ayudará. De hecho, el de invierno tiene fama de no tener fragancias en el exterior. Pero no te preocupes, hay otras pruebas que podemos hacer:
- Golpea la piel del melón con los nudillos, si escuchas un sonido sordo significa que ya está maduro.
- presione ligeramente con los dedos los dos extremos del melón. Si cede un poco es que está listo.
- la piel debe ser de color amarillo intenso o verde oscuro
Otro dato útil es el período de cosecha: si se siembra en mayo, se puede recolectar entre septiembre y octubre. Sin embargo, este tipo de melón se puede conservar durante largos periodos, incluso hasta 3 meses. Precisamente por eso se ha ganado el sobrenombre de melón de invierno, porque puede seguir siendo comestible incluso hasta finales del invierno. Así que, si has comprado un melón que aún no está maduro, déjalo madurar fuera de la nevera un rato y estará listo para disfrutar.
Podrás elaborar postres, cremas, mermeladas, batidos o helados de sabores. Pero también puedes añadirlo troceado a ensaladas o como guarnición si quieres crear un plato con sabores más elaborados.
El melón de invierno es un aliado válido para mejorar los valores nutricionales de tus comidas y aportar un sabor dulce e inconfundible a tus días.
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