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Ocho cosas que probablemente no sabes sobre la comida de los dioses

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La miel es uno de los alimentos más antiguos y preciados que la naturaleza pone a nuestra disposición, resultado del cuidadoso y esmerado trabajo de las abejas. Venerada por los faraones egipcios, muy querida por los antiguos griegos y romanos, la miel es un concentrado de dulzura y propiedades beneficiosas: es antibacteriana, antioxidante y energizante, ayuda a la cicatrización natural de los tejidos y tiene una acción desintoxicante.

Miel de flores silvestres, de castaño, de acacia o de sulla: en el mercado encontramos muchas variedades de miel, cada una con sus propios colores, sabores y características. Desde la producción hasta la caducidad (que no existe), pasando por miles de kilómetros de vuelo y usos alternativos insospechados de este néctar mágico: ¿cuánto sabes realmente sobre ? Aquí te dejamos ocho curiosidades que quizás no sabías sobre el néctar de los dioses.

1. La miel no caduca

La miel es uno de los pocos alimentos que, si se almacena correctamente, permanece comestible durante un tiempo prácticamente infinito, por lo que no tiene fecha de caducidad. ¿Por qué la miel no caduca? La respuesta está en su particular consistencia: es una sustancia ligeramente (o nada) húmeda y particularmente ácida, por lo que completamente inhóspita para las bacterias y el moho que no pueden proliferar en su interior. ¿Prueba? Algunos investigadores han encontrado pequeñas cantidades de miel (todavía “comestible”) dentro de las tumbas egipcias.

2. Cómo almacenar la miel

Si bien es cierto que las temperaturas cada vez más calurosas del verano podrían tener efectos en el tarro, una vez abierto no se debe guardar en el frigorífico porque el frío y la humedad no sólo pueden acelerar el proceso natural de cristalización, sino también arruinar la consistencia y alterar la consistencia. el sabor y aroma de este pequeño milagro de la naturaleza. Para almacenar miel lo único que necesitas es un lugar fresco y alejado de fuentes directas de luz y calor.

3. No todas las abejas producen miel

Probablemente uno de los datos más interesantes sobre la miel es que no todas las abejas son capaces de producirla. En la naturaleza existen más de 20.000 especies diferentes de abejas y entre ellas, las abejas que más miel producen son la Apis Mellifera en Europa y la Apis Cerana en países fuera de la UR, mientras que muchas otras no producen ni un miligramo de la misma.

4. Las abejas usan miel para sobrevivir el invierno.

Nosotros lo utilizamos para endulzar nuestros desayunos y empezar el día de la mejor forma posible, las abejas lo utilizan para sobrevivir. De hecho, la gran labor de producción de miel tiene un papel esencial para estos pequeños insectos: las abejas conservan y almacenan la miel en las celdas hexagonales de la colmena como suministro de alimento para sobrevivir el invierno, época del año en la que el enjambre se reúne alrededor de la abeja reina para recrear un ambiente más cálido.

5. La miel es útil para curar pequeñas heridas superficiales.

Quizás no todo el mundo sepa que la miel es útil para tratar pequeñas lesiones y heridas superficiales: de hecho, es un antibacteriano y antibiótico natural y es capaz de desinfectar y acelerar el proceso de curación y curación.

6. La cristalización es un proceso completamente natural.

¿Por qué cristaliza la miel y de qué depende este proceso? Lo primero que debemos saber es que la cristalización es un proceso completamente normal y que la miel cristalizada se puede consumir sin ningún riesgo. La consistencia de la miel depende del porcentaje de azúcares presentes: si la miel contiene más glucosa (por ejemplo, diente de león, girasol, colza), la cristalización es más rápida, si por el contrario prevalece, la miel tenderá a permanecer más líquida (por ejemplo, acacia, castaño). ).

7. Las abejas producen grandes cantidades de miel.

La producción de miel es un trabajo minucioso: tomando el néctar de millones de flores, cada enjambre produce entre 15 y 30 kilogramos de “néctar de los dioses”. Si pensamos que cada enjambre puede contener hasta 60.000 abejas y que para producir un kilo de miel una abeja recorre el equivalente a 150.000 kilómetros (unas cuatro vueltas a la Tierra, por así decirlo), podemos darnos cuenta de lo preciado que es este alimento, para quien lo produce y para nosotros quienes podemos disfrutarlo.

8. Los apicultores sólo participan en una parte.

Un buen apicultor sabe que la producción de miel debe ser sostenible y respetando plenamente la supervivencia de las abejas. Cuidar el enjambre y ayudar a la producción de miel es sólo una parte de su trabajo: en el momento de la recolección, es fundamental dejar parte de la producción dentro de la colmena, necesaria para asegurar la supervivencia de las colonias de abejas.

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¡¡¡Hola!!! Me llamo Sánchez y soy un experimentado redactor apasionado por la cocina. A lo largo de los años, he aprendido diversas tradiciones y recetas culinarias, y las escribo para ti, con el objetivo de compartir mis conocimientos.