En el mundo existen varios métodos tradicionales de mantenimiento del hogar que se han transmitido de generación en generación. Uno de ellos es la costumbre de las amas de casa francesas de espolvorear harina en el lavabo. A primera vista, puede parecer una medida sin sentido, pero en realidad hay una explicación lógica detrás de este acto inusual.
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Historia y tradición
La costumbre de utilizar harina con fines de limpieza se remonta muy atrás en la historia. En el pasado, la harina se valoraba no sólo como alimento básico, sino también por sus finas propiedades abrasivas, que podían utilizarse para limpiar diversas superficies.
En Francia, un país con una rica tradición gastronómica y un énfasis en las materias primas de calidad, esta práctica ha sobrevivido hasta nuestros días en algunos hogares como parte de su patrimonio cultural.
¿Por qué harina?
La harina actúa como un limpiador abrasivo suave capaz de eliminar la grasa, la cal y otros contaminantes sin dañar la superficie del fregadero. Al mismo tiempo, es completamente natural, lo que significa que su uso no está asociado a ningún riesgo de liberación de sustancias químicas nocivas en el entorno doméstico. Esto es especialmente importante en los cuartos de baño, donde puede haber una mayor concentración de humedad y donde queremos minimizar la presencia de sustancias potencialmente nocivas.
¿Cómo hacerlo?
Si consideramos la harina como producto de limpieza, sugerimos su uso en superficies de acero inoxidable, como las de la cocina. En este caso, la harina no sólo eliminará la grasa y las huellas dactilares, sino que también dará al material un brillo natural. Para ello, basta con humedecer primero la superficie, espolvorearla con harina y luego abrillantarla suavemente con un paño suave.
La harina también tiene su lugar en el cuidado de , donde junto con un poco de sal y vinagre forma una pasta eficaz para devolver el brillo original a los metales. Esta mezcla no sólo limpia, sino que también contrarresta la oxidación, ayudando a conservar la belleza y el brillo de los objetos de latón y cobre.
Otro uso de la harina es en la limpieza . Aplicar una fina capa de harina a los muebles o suelos de madera, seguida de un suave frotamiento, puede ayudar a absorber la grasa y otros tipos de suciedad líquida, facilitando su eliminación y dejando la superficie más limpia y con menos tendencia a rayarse.
En situaciones en las que sea necesario retirar de varias superficies, la harina puede ser de nuevo útil. Después de retirar la mayor parte del adhesivo, aplica un poco de harina al residuo restante y límpialo suavemente. La harina actúa como absorbente para ayudar a endurecer el adhesivo y como abrasivo suave para facilitar su eliminación.
En el caso de suciedad más ligera, como la grasa que no está muy incrustada, se puede utilizar harina para eliminarla. La aplicación de harina en la superficie seguida de un frotamiento suave puede ayudar a eliminar la suciedad superficial y la grasa ligera. Es importante que la superficie esté seca para que la harina actúe con eficacia.
Presente y futuro
En la actualidad, estamos volviendo a métodos más sencillos y naturales de mantenimiento del hogar, reflejo de una tendencia más amplia hacia la sostenibilidad y el minimalismo. Este cambio incluye el redescubrimiento y la valoración de prácticas tradicionales como el uso de harina para la limpieza, que eran habituales en el pasado pero que se han ido sustituyendo por productos comerciales llenos de sustancias químicas.
Este hábito de utilizar harina para otras tareas de limpieza del hogar es un ejemplo de cómo materias primas sencillas pueden ser eficaces y seguras para la limpieza, al tiempo que reducen nuestra dependencia de los productos de limpieza fabricados industrialmente.
En el futuro, podemos esperar que el interés por los métodos de limpieza tradicionales y ecológicos siga creciendo, no sólo en respuesta a la creciente preocupación por el medio ambiente, sino también debido a la creciente concienciación sobre los riesgos para la salud asociados a los productos de limpieza químicos.
El uso de materias primas de uso común, como la harina, para la limpieza puede inspirar una mayor creatividad y experimentación en el hogar que lleve al descubrimiento de nuevos usos para los productos tradicionales.
Fuente: santeplusmag-com