Todo está relacionado con todo.
Para conseguir una humedad óptima, necesitas ventilación suficiente y una temperatura ambiente adecuada.
¿Qué deberíamos hacer para mantener nuestras casas confortables y ahorrar en los crecientes costes energéticos?
¿Vivir y dormir a una temperatura confortable y recomendable, tener en casa una humedad óptima que no reseque nuestras mucosas, por un lado, y no favorezca la aparición de moho y alérgenos, por otro?
En pocas palabras: controlar la temperatura y ventilar.
En comparación con los europeos occidentales, somos amantes de las temperaturas más cálidas en el hogar y también, como efecto final, a menudo más propensos a enfermar.
En cualquier caso, no debemos malgastar ni pagar innecesariamente por la calefacción.
Sabemos que un grado centígrado más supone una diferencia de varios euros en el total anual. Incluso si a alguien le encanta el calor, calienta al máximo, contento de pagar más por la comodidad, pero quizá sufriendo como consecuencia una disminución de la inmunidad y amigdalitis.
¿Cuál debe ser la temperatura de la vivienda?
En las salas de estar debe ser de 18 – 22 ° C.
Pero depende de lo que estemos haciendo. Al descansar, necesitamos 19 – 22 ° C, mientras que al hacer un trabajo ligero, menos es suficiente.
Necesitamos más calor cuando estamos inmóviles viendo la tele que cuando trabajamos con el ordenador. Siempre depende también de las condiciones individuales: a qué distancia del puesto de trabajo tenemos una fuente de calor, etcétera. Pero si hacemos un trabajo agotador -aspirar, fregar el suelo- estaremos cómodos incluso a 15 °C, por ejemplo.
Después está la cuestión de qué son realmente las salas de estar hoy en día, cuando la tendencia es combinar las habitaciones en una sola sala de estar, que incluye distintas zonas, desde la cocina hasta la zona de estar y el estudio.
La cocina, por ejemplo, se recomienda calentarla a sólo 15-17°C, porque allí nos movemos, y además se espera un fuerte calentamiento adicional de todo tipo de electrodomésticos, el calor de cocinar y hornear.
El cuarto de baño debe calentarse a unos 24 °C. Por supuesto, al bañar a los bebés la temperatura puede ser más alta.
En el cuarto de baño hay mucha humedad, por lo que no hay que olvidar una ventilación suficiente.
Los pasillos y otras zonas de circulación pueden tener entre 10 y 15 °C.
Desde el punto de vista económico, aumentar la temperatura en casa 1 °C supondrá un aumento del gasto energético del 6%. Así que el motivo para bajar la calefacción será seguramente que bajando de nuevo la temperatura ahorraremos todo ese 6%.