La gastronomía japonesa es muy compleja y, aunque pensemos que sólo existen sushi y sashimi, nos equivocamos, ya que la cocina japonesa va mucho más allá de estos dos platos. Entre los que -quizás- no conoces están las brochetas de pollo acompañadas de salsa agridulce. Descubramos juntos algunas curiosidades sobre este plato.
Yakitori y Tsukune, brochetas al estilo japonés
Entre los diversos platos japoneses que caracterizan la cocina de este país asiático también se encuentran las brochetas de pollo que representan una comida callejera muy querida en tierra japonesa.
Para prepararlos se utiliza pollo que luego se asa y se condimenta con una salsa agridulce. Existen diferentes versiones de este plato, algunas de ellas a base de y tofu, y, entre estas, no podemos dejar de mencionar las albóndigas de pollo, ensartadas en una brocheta y aderezadas con una salsa.
La introducción del en la dieta japonesa, después de aproximadamente 1200 años de prohibiciones religiosas e imperiales debido a , representa un cambio importante para el país.
La carne forma parte de la dieta diaria japonesa desde finales del siglo XIX.
La reforma alimentaria (implementada en 1872) marcó el comienzo de la era moderna del yakitori, permitiendo incluso a las clases menos ricas comer brochetas baratas pero llenas de sabor, cocinadas sobre brasas en la calle.
La palabra “” se compone de “”, que se refiere al método de cocción a la parrilla, y “”, “”, que se refiere a la carne de pollo ensartada y luego glaseada con salsas agridulces como y.
Desde las décadas de 1950 y 1960, los yakitori se han convertido en el plato favorito de los trabajadores que los consumen en mercados, quioscos, establecimientos especializados o, alternativamente, como snack en .
Las diferentes versiones de brochetas japonesas
Entre las diferentes versiones de pollo, encontramos el “”, elaborado con muslos deshuesados, el “” a base de alitas, el “” elaborado con pechuga de pollo, el “” que en cambio se basa en hígado, el “” o ” ” con piel crujiente, el “” a base de cartílago y el ““, que se elabora con corazón de pollo. No podemos, entonces, dejar de mencionar el famoso “”, que combina muslos de pollo con cebolletas o puerros.
Para los amantes del cerdo, está el ““, a base de tocino, pero también el ““, con espárragos envueltos en tocino y el ““, con champiñones y cerdo. Entre las variantes más sofisticadas se encuentran el , el ““.
Mención especial merecen las “”, albóndigas de pollo, de preparación más elaborada, a base de pollo picado, cebolla o chalota, jengibre, aceite de sésamo (o aceite de oliva virgen extra, si se preparan en casa), fécula de patata o de maíz, panko. , y en ocasiones una yema de huevo, dependiendo de la consistencia que se quiera conseguir.
