Después de unos cuantos lavados, las toallas pueden volverse ásperas e incómodas al tacto. Además, absorben mal. Por eso, merece la pena ser consciente de los errores básicos de la colada y lavar para que las toallas queden suaves y delicadas. Prueba el truco de la abuela y tus toallas quedarán suaves y esponjosas como un puff.
Cuando laves las toallas, debes prestar atención al material del que están hechas. Lavarlas a una temperatura incorrecta o con un detergente determinado puede hacer que resulten ásperas e incómodas al tacto. ¿Y qué debes hacer si ya has provocado su deterioro? Simplemente saca las especias baratas del armario de la cocina.
¿Cómo lavar correctamente las toallas para que conserven su suavidad?
Antes de desvelar cómo conseguir toallas suaves y esponjosas, conviene saber cómo lavarlas correctamente. También debes conocer los errores más comunes.
Un error al lavar toallas es utilizar suavizante. Hace que huelan bien, pero por desgracia pierden su suavidad y se convierten en un trozo de algodón áspero, desagradable para la piel.
Las toallas deben lavarse como mínimo a 60 grados. El lavado a esta temperatura elimina eficazmente las bacterias. Cuando se añade el ingrediente adecuado, se consigue una textura agradable.
La patente de la abuela para toallas suaves y esponjosas
Merece la pena sustituir el detergente en polvo por especias baratas del armario de la cocina para que las toallas queden suaves y esponjosas. También se puede utilizar con detergente en polvo. Es más eficaz que el conocido bicarbonato o el vinagre. Entonces, ¿qué recomiendan las abuelas para eliminar las asperezas del material?
El material quedará suave y esponjoso como nunca si pones una cucharada de sal en el tambor de la lavadora. Este económico condimento suavizará eficazmente el tejido. Además, eliminará los malos olores, quitará las manchas y refrescará el color.
La sal es especialmente útil cuando se lavan toallas blancas que requieren mucho mantenimiento. Así el material quedará blanco como la nieve y, sobre todo, suave, esponjoso y agradable al tacto. Este truco de la abuela funcionará después de un solo lavado. Sin embargo, merece la pena utilizar la sal con regularidad.
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