Consejos útiles

5 errores que casi todo el mundo comete al utilizar una bolsa de agua caliente

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La bolsa de agua caliente es muy útil para afrontar las duras temperaturas invernales sin recurrir siempre a radiadores, pero ¿estás seguro de que la estás utilizando de la manera correcta?

La bolsa de agua caliente es un complemento muy útil para contrarrestar los dolores localizados por exposición a bajas temperaturas, pero también para calentarnos mientras estamos en el sofá en estas tardes de invierno en compañía de un libro o una película.

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Sin embargo, hay algunos errores que tú también podrías hacer al utilizar este objeto tan útil esta temporada y que podría convertirse en un desperdicio inútil de energía y agua (recursos muy preciados, ahora más que nunca). Veámoslos juntos.

Poner agua demasiado caliente

Poner agua demasiado caliente dentro de nuestro bolso puede suponer un riesgo para nuestra piel, sobre todo si el bolso está en contacto directo con nuestro cuerpo. El calor excesivo en la piel podría provocar imperfecciones, irritación o incluso quemaduras, y podría dañar el funcionamiento de los vasos sanguíneos debajo de la piel.

Es mejor llenar la bolsa con agua caliente pero no hirviendo, para aprovechar los beneficios del calor sin hacernos daño. Para ello lo ideal es una temperatura de 50°C.

Calentar el agua en la olla.

Como ya te explicamos en otro artículo, la estufa de gas no es la estrategia más eficiente energéticamente: la estufa tradicional tiene una eficiencia energética que ronda el 70%, considerando que el 30% del calor se pierde al calentar la sartén. Si la tenemos en casa utilizamos una, que tiene una mayor eficiencia energética (80%) y que tarda menos en llevar el agua a la temperatura deseada.

Calentar demasiada agua

Con demasiada frecuencia calentamos mucha más agua de la necesaria; agua que, tras absorber energía en forma de calor, acaba tirada por el fregadero. Esto se traduce en un doble desperdicio: por un lado desperdiciamos agua que no necesitamos, por otro gastamos más energía de la necesaria.

Para evitar este desperdicio de recursos, primero llenamos la bolsa con agua del fregadero y luego vertemos la cantidad adecuada en la olla o tetera. Lo ideal sería llenar la bolsa hasta las tres cuartas partes, para no hincharla demasiado.

No vacíes tu bolso

Una vez que nos hayamos beneficiado del calor de la bolsa, recordemos vaciarla. Dejar agua en el interior estresa innecesariamente el material del que está hecha la bolsa, además de dejar espacio para la proliferación de malos olores, debido a la presencia de agua estancada.

Tirar el agua

Este último consejo puede parecer obvio, pero no lo es. Aunque nuestra bolsa contenga sólo unos pocos litros de agua, tirarlos representa un desperdicio innecesario que podemos evitar con un poco de atención.

Antes de guardar la bolsa vaciémosla en un cubo y así no se desperdiciará.

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admin
¡¡¡Hola!!! Me llamo Sánchez y soy un experimentado redactor apasionado por la cocina. A lo largo de los años, he aprendido diversas tradiciones y recetas culinarias, y las escribo para ti, con el objetivo de compartir mis conocimientos.