Guardar los restos de comida y no tirarlos es una práctica virtuosa antidesperdicio, pero cuidado con no cometer este error que comete mucha gente
@roshchyn/123rf
Alimentos que acaban en la basura, y esto se traduce no sólo en un aumento del desperdicio, sino también y sobre todo en el desperdicio de recursos preciados. A menudo hablamos de combatir el desperdicio de alimentos, proponiendo recetas con sobras o formas de conservar platos preparados.
Sin embargo, la práctica más común cuando se cocina un poco más de lo necesario es siempre la de guarda la comida preparada en el frigorífico para poder consumirla al día siguiente. El frigorífico, de hecho, mantiene los alimentos frescos y nos permite conservar algo listo incluso para dos o tres días.
Pero hay un detalle al que hay que prestar mucha atención a la hora de guardar alimentos cocinados en el frigorífico, que podría poner en riesgo no sólo la calidad de los restos de comida, sino de todos los productos almacenados en el frigorífico -además de provocarnos un derroche de energía-: es de la Temperatura de nuestros alimentos cuando los colocamos en el frigorífico..
De hecho, si metemos los alimentos en el frigorífico mientras aún están calientes, esto aumentará la temperatura interna del aparato. Como resultado, el motor del frigorífico tendrá que trabajar más para llevar la temperatura al nivel correcto. consumiendo así más energía.
Además, el calor que desprenden los alimentos colocados aún calientes en el interior del frigorífico puede alterar la temperatura de otros alimentos presente en el estante, perjudicando su estado de conservación.
Pero no es sólo un problema de temperatura. Los alimentos calientes desprenden vapor, lo que contribuye a aumentar los niveles de humedad en el interior del aparato y también puede provocar la formación de sustancias peligrosas.
En definitiva, hemos entendido lo importante que es dejar enfriar bien los alimentos antes de meterlos en el frigorífico. Pero ojo: mantener muchas horas un alimento ya cocinado a temperatura ambiente antes de meterlo en el frigorífico también es una práctica incorrecta, que acaba afectando a la salubridad de ese plato.
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Si hemos cocinado en cantidades excesivas y ya sabemos que no comeremos todo lo que hemos preparado, pasamos la porción sobrante a un recipiente de cristal con tapón hermético, que dejaremos abierto para que salga el vapor. Pasada una o dos horas, cuando el producto se haya enfriado bien, cerramos el recipiente y pasamos nuestra comida al frigorífico.
La única excepción a esta regla general es el arroz, un alimento en el que, si se deja enfriar a temperatura ambiente, se pueden desarrollar toxinas peligrosas para la salud. Si quieres conservar un poco de arroz en el frigorífico, guárdalo en cuanto termine de cocinarse.
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