El jardín, durante el verano, es el lugar ideal para disfrutar de un rato de relax sin salir de casa. Aquí, si tenemos suficiente espacio disponible, podemos instalar una piscina y, por qué no, una ducha de jardin, perfecto para refrescarse en los días más calurosos. Veamos cuál elegir.
Una ducha para cada ambiente
Existen en el mercado dos tipos de duchas de jardín:
- ducha móvil: versátil y práctico, este modelo es adecuado si disponemos de poco espacio en el exterior o si vamos de acampada, ya que se puede colocar donde queramos. Durante la temporada de más frío podremos desmontarlo y guardarlo, listo para ser reutilizado el verano siguiente. Este tipo está equipado con un depósito que contiene el agua que permanece caliente gracias a un sistema de paneles que la calientan gracias a los rayos del sol;
- ducha fija: ideal si tenemos un exterior amplio, tiene la ventaja de tener un plato de ducha, que permite conducir el agua sin mojar el suelo. Si lo utilizamos con frecuencia, podemos elegir el modelo equipado con lavapiés, útil para evitar ensuciar el interior cuando volvemos del jardín. Alimentados mediante el sistema de agua sanitaria o el riego del jardín, estos también pueden calentar el agua mediante un sistema de paneles fotovoltaicos que, además de garantizar siempre agua caliente, aseguran un claro ahorro en la factura. Si elegimos este tipo de calefacción, es mejor construir la ducha en una zona de fácil acceso para la luz solar.
La elección de los materiales.
Las duchas de exterior, especialmente las fijas, están expuestas a las inclemencias del tiempo y al sol: por este motivo hay que elegir cuidadosamente el material con el que están fabricadas. El acero, el PVC y el aluminio son los más utilizados, ya que resisten mejor el tiempo y se desgastan. La madera, por el contrario, requiere más mantenimiento. A la hora de elegir el material también juega un papel fundamental su frecuencia de uso: si lo utilizamos a menudo es mejor optar por materiales de calidad, duraderos y capaces de resistir moho, cal y bacterias.
La capacidad del tanque y del cabezal de ducha.
Duchas móviles Se alimentan de un depósito de agua, por lo que la capacidad es importante y tiene un volumen variable entre 20 y 40 litros. La mejor solución es centrarse en un modelo con depósito grande para tener más agua disponible y evitar tener que llenarlo constantemente. La limitación de este modelo es que ocupa más espacio y el agua tarda más en calentarse.
Otro aspecto central de la ducha es el rociador. Los más utilizados son los que tienen chorro de lluvia, pero si queremos un modelo capaz de satisfacer todas las necesidades podemos elegir aquel que combine varios tipos de chorro y regalarnos un pequeño momento de relax.
