El kvas de verdad debe tener un sabor vigorizante y refrescante; por desgracia, no todas las bebidas de la tienda cumplen este “requisito”.
- agua – 3 litros;
- pan negro – 300 g;
- azúcar – 5 cucharadas;
- levadura – 1 cucharadita (puede utilizar levadura seca de acción rápida).
Opcionalmente se puede añadir kvas de mosto o kvas secas para mejorar el proceso de fermentación.
Pero añadir o no pasas sultanas depende de ti: no a todo el mundo le gusta su sabor.
Corta el pan negro en rebanadas y tuéstalas en el horno hasta que estén crujientes. Si el pan se quema, no hay problema: cuanto más oscuro sea, más intenso será el color del kvas.
Pon el pan rallado en una jarra, añade el azúcar y la levadura.
Calienta agua a una temperatura de unos 60-70 grados y viértela en el tarro. Tapa el tarro con una gasa.
Deja el kvas a temperatura ambiente de 3 a 5 días. Pasado este tiempo, escurre la bebida, dejando parte del fermento en el tarro. Añade una nueva porción de azúcar y pan rallado y vuelve a llenar con agua.
La segunda y siguientes veces se puede escurrir la kvas al cabo de 1-3 días.
Para mejorar la fermentación, muchas amas de casa añaden un par de rebanadas de pan blanco normal.
Antes te hemos contado cómo hacer una obra maestra.