¿Sabes cómo se hace el surimi? Después de ver este vídeo, dejarás de comerlo (si aún no lo has hecho)
Un vídeo difundido en las redes sociales muestra lo amargo detrás de escena de la producción de surimi, palitos de cangrejo que no tienen nada que ver con un crustáceo.
fanáticos de la , es decir, palitos de carne de cangrejo de origen oriental, ahora muy extendidos incluso en nuestros supermercados.
¿Pero estamos seguros de que se trata de auténtica carne de cangrejo? ¿Qué se esconde detrás de estos palitos de naranja y qué procesos conducen a su producción?
Un vídeo grabado en el interior de una planta de producción de surimi y que se ha vuelto viral en las redes sociales nos muestra un proceso de elaboración infinito, aderezado con aromas y aditivos químicos, en el que el cangrejo está completamente ausente.
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La producción de surimi.
Empezamos por las “briquetas” de pescado congelado que, lejos de ser un preciado cangrejo, en realidad están formadas por desechos de diversos pescados; en la etiqueta no se debe especificar la naturaleza del pescado utilizado ni mucho menos.
Estos “ladrillos” se cortan en trozos grandes y se enriquecen con sal, clara de huevo (¡sorpresa!). Posteriormente se añade también a la mezcla azúcar y grasas vegetales. En resumen, la lista de ingredientes es rica, pero el cangrejo no se ve por ningún lado.
La adición de agua, en forma de hielo, transforma la mezcla granular en una pasta blanquecina similar al cemento. Luego se le da forma y se transforma en una larguísima lámina de masa que, al enrollarse sobre sí misma, da vida a los palitos, dándoles la típica consistencia deshilachada que nos hace imaginar que estamos comiendo carne de cangrejo.
Una última ilusión la proporciona la aplicación, alrededor del tubo de surimi, de una película veteada de color naranja, que recuerda el color y las venas de la carne de pescado.
Después de todos estos procesos, el surimi se corta en pequeños palitos que, recogidos en envases al vacío, se congelan y se comercializan en el gran comercio minorista.
¿Qué opinas? ¿Aún tienes ganas de comer surimi?
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